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El cuerpo es arena de carbono; el alma suspiro de Dios. 15 noviembre 2021

*El cuerpo es arena de carbono; el alma suspiro de Dios*

 


Desde hace días tengo interrumpida la comunicación con un amigo, del que conservo tan solo su número de teléfono. 
Está muy enfermo. No sé qué pueda haberle ocurrido, si bien no resulta difícil imaginar.
Le sigo enviando no obstante abrazos cada noche, tal y como convinimos. 
El cuerpo humano y los cuerpos minerales, vegetales y animales son de arena carbono, apenas compacta. El viento del cielo sopla permanente y les arranca partículas, desdibujadas para formar bellezas de otras hechuras, hasta hacer a estas desaparecer engullidas por el océano cósmico.  
En mí siguen sonrisas y miedos de quienes me precedieron. Especulo y pienso que quizás sus temores ya no sean tantos. Me habitan en emisión de afecto y cariño, que retorna agradecido a una breve existencia compartida. 
Intuyo un eslabón, visible a veces, en otras difuminado que me interconecta a todos y todo. Es en ese espacio mental donde hallo a cada poco a mis padres, familia, amigos y amigas. Allí me siguen y les sigo amando. La brisa levó su arena carbono a otras playas, en la que artesanos de los tiempos les siguen modelando en belleza, apenas sin muestras de pesar en los rostros.  
Ayer caminábamos Sagrario y yo por el centro de Madrid. Hacia más de un año que  no lo hacíamos. Nos parecía que hubiesen cambiado los tonos y la luz fuese reflejo de un escenario distinto. 
Sé por sentimiento e intuición que yo soy el que yo soy y que la palabra me permanece. Al tiempo habita en mi un jardinero artista que se esfuerza al transcurrir en hacerla crecer bella y coherente. Es ese jardín paraíso que tal vez vislumbra vapor ignorante e intenta trocar gafas de lejos por las de cerca.  
Curiosamente soy consciente de llevarlas puestas y resulta que no son de ver como pensaba, sino de sentir y expresar.
La palabra de Dios se perfila entonces con la nitidez del cambio inminente, que no creo sino que sé puede durar tanto una eternidad como un suspiro. 
Hágase en mí según tu palabra y pierda el miedo mi mente, quizás fugaz idea que imagino mientras arcillo tu nombre en la arena.
FLV

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