ENCUENTRO CON EL PADRE CIRILO, 29 SEPTIEMBRE 2011
BANCO CIRILO
Esta historia tiene que ver con la fidelidad y el amor a un amigo a través de la presencia continua de una fotografía. La que conservaron por años los hermanos Jarillo.
El centro de la misma lo ocupa el Padre Cirilo y en ella aparecen a su derecha Francisco Gras, alías el Pato, natural de Talavera de la Reina; a su izquierda el montañés, y en torno a ellos los Jarillo y otros tres o cuatro más, estudiantes todos de oficialía industrial mecánica de los años sesenta.
Nos comenta Eugenio Jarillo que El Pato había decidido volar a Tarragona y así alcanzar la meta a la que aspiraba: estudiar electrónica en la universidad laboral del mismo nombre. No pudo ser sin embargo. El verano siguiente al del curso apenas finalizado el de arriba le mandó llamar y Dios lo llevó con él a los cielos. Una caída inocente a la vera de un arroyo segaba la joven vida del idealizado amigo. Empero no sería hasta unos años más tarde que los hermanos Jarillo supiesen de ello. Por décadas conservaron la foto al parecer autotomada por el propio padre Cirilo, en la que el grupo mencionado rodea al fraile en admiración sentida.
La sotana blanca del Padre Cirilo irradia luz y desde esa luz los Jarillo sienten que acompaña al Pato. Cuarenta años después toman la decisión de dar con la pista del Padre y hacerle participe del afecto que le profesan por ser ángel custodio de tan añorado amigo.
Lo encuentran en Trinidad, Cuba, donde ejerce como cura vocacional en un remoto lugar donde se le quiere y admira, siendo privilegio ganado a pulso, máxime que en la isla hay poco más de doscientos sacerdotes de porte parecido. El Padre Cirilo se conmueve con la llamada y los Jarillo deciden tomar el primer avión para abrazarle y darle una copia de la foto.
Es en estas que a otro grupo de antiguos alumnos nos llega el conocimiento de la llegada de Cirilo a Madrid. Nos citamos con él por medio de los Jarillo y tomamos la decisión de que el reencuentro tenga lugar en el Hotel Sanvy para posteriormente rendirle homenaje en el Restaurante El Pelotari, próximo a la Biblioteca Nacional. Curiosamente somos once y se nos asigna el reservado once, para disfrutar del privilegio del abrazo en el dos mil once, cuarenta años después de la historia que prendió antorchas en los caminos de nuestras respectivas vidas.
Algunos nos reconocemos; otros no. Los cuerpos no mienten y hay mucha experiencia en los saludos. Salen a relucir los recuerdos en carne viva y agradecida. Dos de nuestros compañeros cantan de manera espontánea la canción que mantienen como un tesoro.
- Título: Romería de Linares (Canción romera)
- Autor: Ramón Medina
Letra
I
De soldado triunfador
llevas la cara romero,
saltarín el corazón,
en el alma devoción
y en los labios un "¡te quiero!"
envuelto en esta canción:
Por el Puerto de la Salve,
cordobesita de rostro hermoso,
te dije con la mirada,
cordobesita, que estoy celoso.
El sol que te está besando,
cordobesita, lanzó un suspiro.
Prefiero que esté nublado,
cordobesita, cuando te miro.
II
Cordobesa de mi amor,
hoy se alegran los pinares
con tu gracia y tu candor
para llevarle una flor
a la Virgen de Linares
y rezarle una oración:
Por el Puerto de la Salve,
cordobesita de rostro hermoso,
te dije con la mirada,
cordobesita, que estoy celoso.
El sol que te está besando,
cordobesita, lanzó un suspiro.
Prefiero que esté nublado,
cordobesita, cuando te miro.
III
Un romero te pintó
con vestido de lunares
y otro de ti se prendó
la mañana que te vio
caminito de Linares
y así te piropeó:
Por el Puerto de la Salve,
cordobesita de rostro hermoso,
te dije con la mirada,
cordobesita, que estoy celoso.
El sol que te está besando,
cordobesita, lanzó un suspiro.
Prefiero que esté nublado,
cordobesita, cuando te miro.
IV
Mozo bueno cordobés,
llévame con tu caballo,
que a la Virgen quiero ver
y le tengo que ofrecer,
con las rosas del rosario,
los claveles de mi fe
Por el Puerto de la Salve,
cordobesita de rostro hermoso,
te dije con la mirada,
cordobesita, que estoy celoso.
El sol que te está besando,
cordobesita, lanzó un suspiro.
Prefiero que esté nublado,
cordobesita, cuando te miro.
Se funden, confunden y surgen anécdotas, personajes y emociones: Pelo Pincho, Fray Bombi, Padre Zabalza, Padre Roces, hermanos Larrañeta, Padre Peñamil Aquellos dominicos que en general tanto bien nos hicieron. Bromas, picardías, vivencias agradables e incluso algún mal recuerdo.
Hay brillos en las miradas. Alguno menciona entonces la etapa en la que el Padre Cirilo administraba los escasos dineros de los alumnos. Banco Cirilo estiraba con eficacia ya en los sesenta algo de por sí extremadamente limitado, en adiestramiento que de seguro con posterioridad le resultaría de utilidad en su querida Cuba.
A mí me llega que pueda ser el Padre Cirilo al cura que yo ayudaba como monaguillo en el oficio religioso de alguna que otra apacible tarde cordobesa. Admiro la memoria de mis compañeros, pero reconozco que apenas si centro emociones y afectos, máxime que alguno de ellos llega al detalle como si la cosa acabase de suceder.
Le hablo de que a su lado sentí por vez primera el enamoramiento del Cristo. Un amor primero, aún más fuerte que el de la cordobesita de ojos azul cielo a la que rondé en otras tardes, suspiros de azahar; noches de terciopelo.
Llega la despedida. Calor de bien. Cirilo sonríe, adiós amigo y en su palabra cariños que permanecen.
FRANCISCO LIMONCHE VALVERDE
Universidad Laboral de Córdoba, 1966-1971, cursé oficialía industrial mecánica y maestría industrial, especialidad fresa. Estuve dos años con el Padre Cirilo.
CORDOBAPEDIA
http://cordobapedia.wikanda.es/wiki/Portada
ULACOR
http://www.laboraldecordoba.es/home.htm
PARANINFO
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