LA MADRE, 17 de julio de 2016
La ciudad duerme; el firmamento traza puntos blancos en la ventana que asoma a la noche. Las tres de la madrugada. Un sueño desasosegado pone en alerta a la madre. Reza por el hijo en el país lejano. La búsqueda de empleo se torna en deambular de peregrino en lugares donde sobran mochilas. Ella nunca ha ido más allá de los límites a los que la vista alcanza. Duerme mi niño, musita, mamá te cuida. Un fulgor torna el cielo en azul con pincel de meteorito. La estela envuelve los parpados que pesan. Gracias hijo, mañana te enviaré otro beso, dice antes de quedar profundamente desvelada.
Fotografía tomada de RT
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