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limonche

Y te vengo a buscar, 12 de septiembre de 2019

Doy vueltas en torno a la casa. Todo parece igual. El abeto centenario rememora los brillos de ayer. Musito en voz baja e imploro, ¡éramos tan jóvenes! Me detengo en la puerta. Tamborileo con los nudillos: 

- ¿Quién llama?, suspira la voz en eco. 

Dudo unos instantes. Respondo:

Jesús, el hijo de la Martina.

Aguardo. La espera se hace eterna.

- ¿Jesús?, repite y la voz se le rompe.

Pelo encanecido, mirada de niebla.

- ¡Tantos años!, exclama.

- Te dije que volvería.

La brisa del tiempo se acuna en su pecho. Llegan las horas. Nos alcanzan en abrazo.

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