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María Teresa, 25 julio de 2021

María Teresa, Cristo en luz femenina y mariposa neuronal.

Escuchar a María Teresa es un privilegio al alcance que se concede al alma dormida. La ininterrumpida verborrea que mana de su fuente cristalina, acaba por empaparte en lo profundo y transformarte, siquiera por un instante, en el agua que calma tu sed de Dios.

María Teresa ha transmutado su esencia de oruga humana a mariposa cristica. Liba en cada neurona y deposita en ellas el néctar de una dulcísima miel, regalando a las bellas durmientes brisas de un sueño que aspira al beso del amado.

Constreñidnos desde inmemoriales tiempos en los pensamientos otorgados en heredad temporal, el alma ansía despertar. La mente holgazánica se resiste. No sabe que es pensada y que está dormida.

El cerebro del común de los mortales está lleno de ecos y vacío de talentos.

Admiramos o sentimos fascinación por los lenguajes humanos, teológicos, morales, científicos... Es vanidad, ausencia que llena de nada confundida pesadas mochilas de un peregrino descuidado.

Para llenar de Dios el vacío existencial que nos habita es preciso sacudirse el polvo del camino. No queda otra desde la voluntad humana y menos es más para el movimiento atolondrado o la quietud, ni amor alguno que buscar sino vida por vivir, amarte y vivirte.

Es llegado el despertar y más vale que sea suave.

El amor no es otra cosa sino el movimiento de la vida.

Tampoco hay profecías que determinen, sino procesos lógico mentales que conducen inexorablemente a lugares sin retorno, a menos que un solo pensamiento despierte a las necias novias dormidas, vestidas las más de añejas vestiduras neuronales.

Empujar una pared no la mueve. El trabajo de la vida precisa del esfuerzo que conduce al movimiento. Es preciso por tanto moverse; despertar al genio de la lámpara para que este logre asomar la cabeza y otear la panorámica de una totalidad que nos ha sido velada.

Al inicio del microinfinitesimal punto big bang donde la voluntad de Dios es conocida, se ofreció a nuestras almas una escafranda en forma de cuenco, recipiente o lámpara de Aladino, para que esta pudiera sumergirse en la realidad de la materia.

Aceptamos y cada cual hubo de apañárselas y ajustar el traje como pudo. Sin embargo, el traje ya aprieta en demasía y pretende como es de ley un aire puro sin oxígeno, vida sin desgaste ni entropía alguna que perturbe el infinito.

Dios se encuentra en el microtúbulo de cada neurona. Las estrellas del firmamento, donde imaginamos este habita, se encienden cuando nuestros ojos las iluminan con la luz del día. Evidentemente en el cielo habita Dios, porque Dios habita en todo. En lo bueno y en lo aparentemente menos bueno. En lo pacifico y lo en apariencia guerrero. Vivimos en un sueño. El soñador es el soñado y lo soñado es el soñador.

Para el viaje del sueño nos han sido concedido talentos, a unos probablemente sólo uno, a otros dos; posiblemente a los más atrevidos cuatro. Al regreso el Padre pregunta, ¿que hiciste del talento que te di? Tal vez tú respondas “Padre tuve miedo de perderlo y lo escondí”. Entonces quizás responda él “hijo ese talento te lo di para duplicarlo; no para que los mantuvieses oculto”

María Teresa habla de la pregonosa sensación de pensar que pensaste que pensabas que el otro era pensado. No es un trabalenguas, es una caricia; una epifanía deslumbrante cuando aún sin saber cómo te haces consciente del inconsciente y de la cercanía de Itaca.

Maria Teresa mueve neuronas e induce metanoia, cambio de mente a través del relámpago que no cesa en su cerebro transparente. Derrocha palabras para poner patas arriba las psiques y librarlas de las conexiones sinápticas grabadas en profundos surcos. Grita suavemente y advierte que las sombras de la pared cavernosa de Platón no destellean en luz propia sino en reflejo de la misma.

Saberse consciente es descubrirse a su vez en la amada sombra del diablo que acompaña fiel al alma desde los pensamientos automáticos repetitivos y molestos que nos torturan, para así darles el reclamado abrazo que vienen aguardando toda una eternidad.

Tiempo atrás, si bien el tiempo no existe, más bien al contrario escaleras por subir, fuimos capaces de dibujar mapas y señales de futuro en libros que denominamos y son sagrados, en igual medida que lo son cuantos surgen de una mente sosegada y el corazón. En ellos nos advertíamos a nosotros mismos de manera anticipada, en recuerdo de nuestros personajes del futuro, para decirnos que viviríamos el final de los tiempos que se nos habían asignados.

Esos tiempos son ya llegados. Final del materialismo y de la confusión y advenimiento del ritmo coordinado de las leyes naturales.

No olvides que hoy será lo que mañana pensaste.

Te digo y te desdigo desde Villanueva de los Infantes, Ciudad Real, casa de mis padres y de mi hermana, lugar donde dicen surgió la figura de El Quijote, en el día maya de fuera fuera del tiempo y del Apóstol Santiago, discípulo de Jesus y patrono de España.

Hoy es la onomástica in memorian de mi Padre Santiago, hermano Santiago y sobrino del mismo nombre.

https://youtu.be/CWfn9dztUbY

Un abrazo.

Francisco.

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