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Fuego he venido a traer. 6 de agosto de 2021

Fuego he venido a traer al mundo y que quiero sino que arda.

Cada año acelerado que pasa tengo la impresión de que la cita de San Lucas, atribuida a Jesús de Nazaret, cobra mayor vigencia.

El mundo se halla literalmente envuelto en llamas. En 2019 cuando los incendios de la Amazonía, Canadá y Australia, tuve el pálpito de que la cosa está vez de verdad era muy seria.

En 2021 Europa tanto se anega en agua como enllamece en aire enrojecido. La flama engulle rastros de pretéritas civilizaciones mediterráneas o helénicas. Quizás no haya vuelta atrás.

La mente parasita, el cerebro intestinal y nuestras voraces neuronas a ellos vinculadas, ni se aplacan ni satisfacen con una sola Tierra. El límite para la mente enferma es Todo y aún pareciera que esto le quedase escaso.

Hemos buscado fuera el bitcoin becerro de oro para enriquecernos de la nada, bañados en sudor ajeno. Quizás sea en la minería de la mente, semejante a lo virtual del dinero, donde se haga preciso cavar para dar brillo a la neurona amable y quemar la insaciable.

Quizás pueda entonces el insoportable vacío llenarse de Dios.

No tengo respuestas sino preguntas y una profunda inquietud sosegada. 

Amigos, la decisión de tomar la pastilla roja o azul no es fácil ni evidente, al menos para mí; pero sí lo es el covid,  que nos obliga a tomar una decisión. 

La píldora azul te permitirá olvidar lo sucedido y permanecer en la realidad virtual de Matrix, mientras que la roja te liberará de ella y conducirá al mundo real.

La roja es el fuego. Elegir arder lo superfluo y quedar en lo esencial.

Occidente ha tomado la decisión de la azul, obviando al hermano pobre y marginado del acceso a la opción de una de las pastillas.

¿Qué decisión has tomado tú?

Buen día. Un abrazo. FLV

https://medioambienteenaccion.com.ar/contenido/4768/por-que-nuestro-cerebro-no-es-ecologico

 

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