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MORIR NO ES LO QUE PARECE, 12 de abril de 2017

MORIR NO ES LO QUE PARECE, 12 de abril de 2017

Morir no es lo que parece, Retiro con Fidel Delgado del 7 al 9 de abril de 2017

He tenido la oportunidad de compartir el fin de semana del siete al nueve de abril de este año de 2017 con Fidel Delgado en el centro de espiritualidad de El Pardo, Madrid.

Fidel Delgado es un titiripeuta que consigue hacer comprensible por medio de la risa y un curioso bufé de artilugios conceptos abstractos sobre el ego y la disolución del mismo. Psicólogo clínico hasta el día de su jubilación en el Hospital de la Paz de Madrid, ayuda a bien morir a personas que se encuentran en la proximidad del tránsito.

La vida va del túnel del parto al túnel de la luz. Principio y fin, la única evidencia que tenemos de lo de más allá es la que alcanza hasta el umbral del no retorno. Todo lo demás, hasta tanto no se experimente, no se puede dar por cierto; se intuye, se siente pero no es evidencia material.

La vida es ilimitada a lo ancho, alto, largo y en todas sus infinitas dimensiones. Ni es escasa, ni excluye el libre albedrío de decidir cómo sentirse. En cada momento uno puede cuando menos elegir si aceptar o no lo que la vida le presente.

Mantenerse en el yugo de la herencia del miedo es una decisión. Las heridas del roce no hay quien las quite, pero estas pueden cicatrizar o mantenerse en carne viva hasta el último día dependiendo de nuestra elección.

De lo que se conoce experimentalmente se deduce que lo visible representa un cinco por ciento; el noventa y cinco restante es materia y energía oscura – recientemente se ha puesto esto entredicho por algún científico que afirma que el sesenta y ocho por ciento de lo que denominamos oscuro en realidad no existe; es tan sólo un error de cálculo - .

Fidel Delgado extrapola y afirma que el entendimiento de la vida humana se conduce de igual manera por un cinco por ciento de comprensión en el mejor de los casos. No vemos más allá de lo que la escafandra carnal de respirar oxigeno nos permite atisbar; apenas un resquicio desde los reducidos agujeros de visión por los que el aire entra.

El aire, el aliento es el otro gran misterio; se transforma en nuestro interior y nunca nos permanece ni pertenece; sin embargo es vida. Se renueva trece veces por minutos, tantas como micromorimos o micronacemos.

Nacemos cada día al levantarnos; no es el despertador quien nos despierta; es la vida quien lo hace.

El noventa y cinco por ciento de nuestra vida es no consciente. Con un solo cinco por ciento apreciamos la totalidad de la perspectiva, entre otras el misterio de la muerte.

La muerte es algo que nos han inventado. No se vive de la misma manera en unas culturas que en otras; ni en unos tiempos que en otros. Pretender hacerla manejable e incluso ignorarla es simplemente posponer la sombra que nos acompaña.

Cada uno de nosotros es todo y lo es en todo momento; no sólo en el instante final.

Cuando uno cierra el corazón al mayor de los misterios puede sobrevivir y hacerlo además con apariencia de sabiduría; no obstante cuando abre los ojos la sombra sigue allí.

Fidel dice las cosas de manera graciosa “defunción por cerrado”, referido al que se cierra al misterio de la muerte por miedo o yuyu a lo desconocido.

Evidentemente esto no evita el apresuramiento de querer hacer los deberes cuando la parca golpee en tu puerta y te avisa de que ya no queda más aliento para ti.

Aprender a morir es aprender a vivir. Se vive cuando se es partícipe del misterio de la vida, cuya conclusión es la muerte.

Hace un chiste. Un paciente va al doctor y este con actitud grave le dice: tenemos los resultados del análisis y tengo dos noticias, una mala y la otra peor, ¿Cuál quiere que le diga primero?; la mala, responde el paciente.

Pues que le quedan a usted doce horas de vida.

¿Y la peor?

Que se me olvidó darle los resultados ayer por la mañana.

Habla del automatismo al despertar del sueño físico, que es como encender el ego y no apagarlo el dormir.

El dormir es morir en cierta medida. Hay sueños episódicos en los que se recuerda lo soñado, sin embargo el sueño profundo no se recuerda y forma parte de la otra realidad en la que el soñante no se sabe si es soñado o viceversa.

Él dice de las personas agobiadas que habitualmente son personas egobiadas y de las personas inteligentes como intolegentes, porque leen sus adentros y toman conciencia de la realidad trascendente, que no es otra que la de amarse sin medida y amar a los demás.

Refiere también que el pan nuestro nos lo da Dios cada día; no un pan duro sino el de cada día. El pan que está en el aire que nos renueva, en las experiencias cotidianas; en el aliento que nos traspasa.

Pan nuestro, aire nuestro, agua y tierra nuestra de cada día… dánoslos hoy.

El padre y yo somos uno dice Jesús, quien despertó a Lazaro del sueño de la muerte justo cuando el cuerpo comenzaba a heder.

También dice que las desgracias lo son hasta que gracias das.
Una vez has llegado a entender esto la armonía se instala en tu vida y das con el paraíso en la Tierra.

Para ello clave esencial es soltar: miedos, posesiones, pasiones, intelecto.

Un mantra que facilita el soltar es:


https://www.youtube.com/watch?v=ghIStIQXqgw


Algunos médicos de paliativos lo incluyen como música de fondo.

Dios no se muda; el pecado es tan sólo desatino.

La mayor parte del sufrimiento es infundado.

Habla de que el predicar no se convierta en predricar, tirar piedras y de que la tentación no se convierta en tontación.

El juicio final es cuando dejas de hacer juicios.

Dejar ir; trascender los niveles de conciencia. Subir de frecuencia desde el soltar y necesitar muy poco.

Aquí una de sus múltiples conferencias sobre el tema:

https://www.youtube.com/watch?v=pPXbHWTkBSI

Un abrazo,
FLV




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