Valores universales y bien común, una llamada a la humanidad, 2 de diciembre de 2024
Valores universales y bien común: Una llamada a la humanidad
La percepción de la realidad es subjetiva y depende del observador identificarla como buena, mala o neutra. Lo que para unos resulta un infierno, para otros es música celestial. De hecho, hay quienes parecen quedar sumidos en éxtasis ante el atronador ruido de una discoteca, y otros, entre los que me incluyo, consideran que esto implica una tortura.
Los valores que nos identifican como humanos se ven condicionados por las circunstancias vitales, las experiencias y sesgos propios de cada uno. Sin embargo, la mayoría compartimos una serie de puntos comunes, tales como la compasión, el respeto por la vida propia o ajena, y el sentido de la justicia.
En el documental Human (2018), dirigido por el fotógrafo y periodista francés Yann Arthus-Bertrand, se muestra de manera evidente la condición que permea las vidas de las distintas personas en las diferentes culturas de la Tierra. A través del mismo se traza un recorrido por los cuatro puntos cardinales hasta llegar al corazón de la humanidad.
Arthus, junto a un equipo de dieciséis periodistas, viajó durante dos años por sesenta países, entrevistando a un total de 2,020 personas para realizar su documental. A todos los entrevistados les hacía las mismas cuarenta preguntas: "¿Qué es el amor para usted?", "¿Qué opina sobre la muerte?", "¿Cuál es su mayor miedo?", "¿Qué siente acerca de la enfermedad?", "¿Cuál es el papel de la familia en su vida?", "¿Cuáles son los valores que considera más importantes?", y "¿Cómo percibe el medio ambiente?", entre otras.
Resumir en porcentajes la similitud de respuestas no es suficiente ni hace justicia a las enseñanzas que se desprenden de Human. No obstante, en gran medida, son bastante parecidas. Esencialmente, los seres humanos somos criaturas necesitadas de amar y ser amados, sentir la cercanía de los nuestros, formar una familia, pertenecer a una tribu, tener amigos y contar con la fuerza y la confianza de lo nuclear que nos rodea.
Human acierta al transmitir un mensaje profundo sobre la diversidad y universalidad de los valores humanos esenciales: empatía, compasión, respeto, justicia, hospitalidad, tolerancia, solidaridad y cooperación, principalmente.
Las entrevistas revelan cómo, a pesar de nuestras diferencias culturales, sociales y económicas, todos compartimos una serie de emociones y necesidades fundamentales, entre ellas: la esperanza, la alegría y la búsqueda de propósito. El documental enfatiza aspectos como la solidaridad y la dignidad, recordándonos que, detrás de las aparentes diferencias, todos formamos parte de la misma humanidad que enfrenta desafíos comunes. Al mismo tiempo, nos invita a reflexionar sobre la injusticia, la desigualdad y responsabilidad que tenemos de crear un mundo más equitativo y compasivo.
Nunca antes ha habido tantos seres preocupados por el futuro de la Tierra, ni tanta confusión, generada en gran parte por el imparable desarrollo tecnológico y la angustia ante la incertidumbre de hacia dónde se dirige el progreso.
Simultáneamente, el bien es mayoritario. Jamás ha habido, en la historia, tantas personas comprometidas en hacer un mundo mejor.
Según 'Ayuda en Acción', existen alrededor de diez millones de organizaciones no gubernamentales (ONG) en todo el mundo, cuya finalidad básica es ayudar a quienes más lo necesitan, sin otro respaldo, en ocasiones, que el ofrecido por ellas mismas. Un millón y medio de estas organizaciones se encuentran, paradójicamente, en el país epítome del capitalismo más despiadado: EE. UU.
En España, existen algo más de treinta mil ONG registradas, especializadas en ámbitos como los derechos humanos, el medio ambiente, la educación, la salud, los niños, los mayores y la asistencia social, donde participan altruistamente unos tres millones de personas.
La mayoría de las ONG se crearon tras la Segunda Guerra Mundial. Hasta entonces, los precedentes universales de apoyo humanitario conjunto eran la Cruz Roja y las organizaciones religiosas con sus misioneros repartidos por el mundo.
Los valores que definen a las sociedades están influenciados tanto por su historia como por su cultura; no obstante, algunos son compartidos por la práctica totalidad de las mismas. En primer lugar, la familia: ¿qué sería de la mayoría de nosotros sin el apoyo material y emocional de nuestras familias, especialmente cuando atravesamos situaciones de extrema vulnerabilidad emocional, de salud o económica?
Una encuesta de la Fundación BBVA cifra en torno al 40% el número de padres que apoyan económicamente a sus hijos mientras estos lo necesitan, aunque ello implique privarse de atender sus propias necesidades.
En España, según los últimos datos del INE, en 2023 había unas 850,000 familias en las que todos sus miembros se encontraban en paro y situación de extrema vulnerabilidad. No todas eran perceptoras de ayudas sociales como el Ingreso Mínimo Vital, siendo socorridas en tales casos por ONG y vecinos compasivos.
Esto evidencia la capacidad de hacer el bien tanto desde las políticas sociales como desde la acción ciudadana, centrada en el apoyo de la principal ONG que existe: la familia, que, además, sirve de consuelo ante las carencias e interrogantes cotidianos.
Simultáneamente, un porcentaje elevado de personas mayores de 65 años viven solas, muchas veces en soledad no deseada, ya sea porque la familia no puede atenderlas o porque carecen de la misma. Este desajuste resulta difícil de asimilar social y emocionalmente, al menos en los países occidentales.
Viajeros trotamundos que dedican buena parte de su vida a recorrer la Tierra, ya sea andando, en bicicleta, moto u otros medios, relatan en las redes sociales la hospitalidad que encuentran en la mayor parte de los lugares que visitan. Para la mayoría de los seres humanos, dar de beber al sediento, comer al hambriento y refugio a quienes lo necesitan no es solo un acto de fraternidad espiritual, sino que forma parte de lo más sagrado e íntimo de sus vidas.
El lado oscuro de la humanidad sigue siendo el sufrimiento infligido a los seres más débiles y desprotegidos, así como la indiferencia hacia el resto de seres vivos—vegetales, animales y ecosistemas—que comparten con nosotros el mismo planeta.
Aspirar a un mundo utópico ya no es una cuestión idealista, sino de supervivencia. Esto implica, entre otras cosas, restaurar la pureza de los ríos, mares y océanos; proteger los bosques; hacer un uso sostenible de los recursos disponibles; descontaminar cada rincón mancillado; y desactivar las armas nucleares. La humanidad enfrenta un reto que, si no se toma en serio, pronto llegará a un punto de no retorno. Sin embargo, la esperanza subyace en la capacidad humana de unirse frente a la adversidad. Si podemos compartir los mismos valores, también podemos trabajar juntos para proteger el bien común y garantizar un futuro mejor para las próximas generaciones.
Al contemplar en perspectiva el desafío al que todos nos enfrentamos, debemos de recordar que el cambio comienza en cada uno de nosotros. Cada acto de generosidad, cada gesto de compasión, y cada decisión ética cuenta. No importa cuán pequeño o insignificante este parezca; forma parte de una corriente subterránea y poderosa que transforma cuanto abarca. Es imperativo moral que cada ser llegue a vivir con dignidad y esperanza. Solo así, podremos avanzar hacia un horizonte más luminoso, donde la humanidad florezca en paz y armonía.
DIOS, LOS NÚMEROS Y EL NUEVO MUNDO, 21 de julio de 2024
La sed nos impulsa a buscar el agua. Sentimos la sed, pero no la vemos. El agua, en cambio, sí, y eventualmente nos sacia, especialmente si es abundante, cristalina y fresca.
Aparentemente, Dios no se ve; se siente. Lo vemos en el cielo estrellado, en la naturaleza en su esplendor, en la sonrisa de un niño o en el aroma de una flor.
Dios se encuentra en todo, en lo bello y en lo menos bello, en la guerra y en la paz, en la coherencia y su contrario. Todo es Dios.
Descubrir racionalmente a Dios es como entender que se pueda sacar agua del mar con una concha para apagar un incendio. Dios no se ve, pero nos da pistas de su presencia en la armonía, la simetría, los fractales, las matemáticas, los patrones y las leyes de la naturaleza.
Según la Biblia, siete fueron los días de la creación, y así es su reflejo en el cuerpo humano: cabeza, cuello, tronco y extremidades. Siete son los colores del arco iris, las notas musicales y los cielos del islam. La importancia del número siete se refleja en que se menciona 700 veces en el Antiguo Testamento y 350 en el Nuevo.
Siete son también las categorías en las que se divide el espectro electromagnético, del cual percibimos, a simple vista, un limitado rango entre 380 y 750 nanómetros; a lo cual llamamos luz.
Las frecuencias no visibles se sitúan entre las extremadamente bajas, de diez elevado a siete, hasta las radiaciones cósmicas, de diez elevado a menos quince. La diferencia entre ambas frecuencias oscila entre los 100 Hz de las bajas y diez elevado a 23 de las cósmicas. Estas últimas emiten una intensidad tal que pueden destruir cualquier cosa que encuentren en su camino.
Algunos piensan que los números de Dios son meras coincidencias y que es el azar quien los determina. También creen que Dios es un invento humano para aplacar el miedo a la muerte o que la mente nos engaña. Sin embargo, no hemos creado nada de la nada, y mucho menos a Dios. Todo lo creado tiene un creador o un principio del que surge. Lo que hace el ser humano es estudiar y analizar lo que le rodea, con el fin de obtener algún beneficio de ello. Esto no es malo, al contrario, es bueno. Lo que aleja al hombre es el materialismo extremo, pasar de adorar a Dios a adorar al becerro de oro, sin importarle las consecuencias.
Los cielos de la Tierra nos protegen de las radiaciones cósmicas mediante la magnetosfera, capa protectora que desvía las frecuencias más dañinas y salvaguarda nuestras vidas.
Hablar de Dios es hablar de Amor y saber que reside en tu pecho, sin necesidad de más pruebas que un corazón transparente y desnudo.
Dios se encuentra en los números, en la simetría y la asimetría, en la magnificencia de lo trino y la cualidad de lo áureo, en el David de Miguel Ángel y la disrupción de la utopía, en la hermosura del manantial y en los niños que recogen plásticos de las orillas de ríos contaminados; o en los niños de Gaza, masacrados por las bombas.
El tres representa la Trinidad: tres personas en una, el padre, la madre y el hijo que somos cada uno de nosotros.
El doce representa las doce tribus de Israel, los doce apóstoles, los trabajos de Hércules, los meses del año y los caballeros de la mesa redonda, la totalidad y la plenitud.
La vida es tan delicada, prodigiosa e inesperada que la expansión del universo y las leyes que lo mantienen dependen de unas 20 constantes. A este delicado equilibrio se le denomina ajuste hiperfino. Si una sola de las leyes fundamentales no se mantuviera en su rango, el universo tal como lo conocemos nunca habría existido, dejando solo un infinito grumo de hidrógeno y helio expandiéndose por doquier sin propósito.
Dios es amor, y experimentarlo es lo más grande que nos pueda suceder. Si una mirada se cruza con él, una explosión neuronal sacude cerebro, corazón e intestinos, dejándote una huella imborrable. El primer amor puede cauterizar, pero Dios no; es llama viva que no quema y deja huella permanente, que ningún miedo o negación puede apagar.
Lo que diferencia al cerebro humano del de otras criaturas es un tipo especial de neuronas, que, según palabras de Santiago Ramón y Cajal, neurocientífico y premio Nobel de Medicina, son "células de formas delicadas y elegantes, misteriosas mariposas del alma, cuyo batir de alas quizás algún día esclarecerá el secreto de la vida mental."
Esa vida mental es la realidad, aunque apenas percibamos menos del cinco por ciento de la misma. Realidad que contemplamos a través de miradas sesgadas, producto de años de repetir lo que otros dijeron, sin aventurarnos a salir de la cueva de Platón.
El primer día tras el confinamiento por el Covid, que pudimos salir de casa, mi esposa, un grupo de amigos y yo lo celebramos con una marcha desde Rascafría hasta el lugar conocido como La Isla, a orillas del río Lozoya. La experiencia resultó mágica; fue empezar a caminar y llenarnos de asombro. El aire mantenía una transparencia única, como si acabara de ser purificado. Por primera vez percibimos de manera sentida lo sobrenatural de la naturaleza.
El vasto universo guarda misterios que los ojos humanos, amplificados por el telescopio James Webb, empiezan a vislumbrar: matices asombrosos, nuevas galaxias y un potencial de vida fuera de la Tierra.
Para descifrar el misterio de la vida, existen la inteligencia humana, la Inteligencia Artificial y, por supuesto, la Gran Inteligencia de Dios, accesible en estados elevados de conciencia. Entréme donde no supe y quedéme no sabiendo, toda ciencia trascendiendo, decía San Juan de la Cruz cada vez que su alma salía del cuerpo sin ser notada. En este contexto, los seres humanos somos cuerda vibrante y cualidad esencial de los átomos, partículas y subpartículas presentes en todo lo creado: un infinitesimal reducto donde la conciencia y la inteligencia caminan cuánticamente entrelazadas.
La inteligencia sin conciencia es un horror; puede prolongar vidas en dolor inmenso y decidir cuáles merecen o no continuar. El Papa Francisco se vio obligado a publicar, en junio de 2023, una guía ética sobre la Inteligencia Artificial y su probable impacto en la humanidad. Él considera que la tecnología es algo bueno, pero también es consciente de su carácter disruptivo y del inmenso daño que a pesar de todo seguimos causando a la naturaleza. Espera que la guía sirva de orientación para la regulación gubernamental y nos recuerda el debido respeto hacia la vida humana y la de todos los seres sintientes.
Basta contemplar una col romanesca para sentir admiración. Cada espiral contiene el mismo número de flores, independientemente de su tamaño.
Los fractales son objetos de tipo geométrico cuya estructura básica se mantiene en diferentes escalas. Se encuentran en árboles, copos de nieve, gotas de agua y células.
Según la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza), hemos contribuido a la extinción de entre 1.000 y 10.000 especies de animales o plantas en la Tierra debido a la deforestación, guerras, pruebas nucleares, plásticos, satélites, petróleo, destrucción del medio ambiente, caza e introducción de especies invasoras, entre otros. El ritmo actual de extinción se estima en 100 veces mayor que el ritmo natural.
La biomasa humana se calcula en aproximadamente 500 millones de toneladas, en comparación con los 700 millones de toneladas que representan los animales destinados al consumo humano, como cerdos, vacas, ovejas y aves. Según la FAO, en 2022 se sacrificaron 74.000 millones de animales destinados a la producción de carne en el mundo, incluyendo 2,4 mil millones de cabezas de ganado bovino, 1,5 mil millones de cerdos, 1,5 mil millones de aves de corral, 700 millones de ovejas y cabras, y 500 millones de patos.
Cuando era estudiante de la Universidad Laboral de Córdoba, de los catorce a los diecinueve años, solía pasear por su paraninfo o la explanada central. Me gustaba contemplar el cielo. Allí se encontraba Dios, a quien pedía que me ayudara a no sufrir tanto. En mi ingenuidad, creía que lo vivido hasta ese momento era cuanto iba a experimentar en la vida.
En uno de esos paseos me vino a la mente una enigmática frase, aparentemente sin sentido: "Hoy será lo que mañana pensaste".
Creo que estamos en ese mañana, que es hoy, ayer y todo lo que vaya a manifestarse. Por ello le pido a Dios de nuevo fuerza para estar atento y confianza para que el tránsito a la nueva Tierra sea suave y hermoso.
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PADRE, AGUA, POR FAVOR, 7 de mayo de 2024
Me estaba muriendo. Tenía azulados los labios y la nariz fría. Los remedios del médico no surtían efecto. Iba por la sexta bolsa de suero, inyectadas directamente en el abdomen. "Es cuestión de horas. El niño no saldrá de esta", lo siento, dijo.
Recomendó a mis angustiados padres la compra de un ataúd. Yo tenía un año y era su primer hijo. En mil novecientos cincuenta y tres muchos niños moríamos por deshidratación. Fui de los pocos que sobrevivió. A mi padre desesperado se le ocurrió verter unas gotas de agua en mi boca. Abrí los ojos, "aba, aba", grité y retorné a la vida.
Cinco razones por las que agradecer la vida. 28 de marzo de 2024
- Cinco motivos por las que agradecer la vida
En el día de todos los Santos 1 noviembre 2023...
EL SENTIDO DE LA VIDA
Por Francisco Limonche Valverde
Un youtuber, cuyo canal supera los 96.000 suscriptores y tiene por nombre Kygalion, subió hace unos meses un video impactante, de 5 horas de duración, titulado “el sentido de la vida”
En dicho video se engarzan extractos de 270 películas, la mayor parte de ellas de Hollywood, agrupadas en temas tales como:
- ¿Qué es la realidad?
- ¿Quién es Dios?
- Situación mundial
- ¿Qué es la conciencia?
- El bien y el mal
- Materialismo
- Sufrimiento
- Miedo
- Muerte
- Sentido de la vida
Así hasta 46 temas distintos. No sé el nombre del youtuber. No aparece o al menos yo no lo he visto, en lugar alguno de su canal.
De las cinco horas que dura el mencionado vídeo he visionado cerca de tres. El propio autor recomienda no dedicar más de veinte minutos seguidos a hacerlo, fundamentalmente por razones de salud mental.
Es un video muy recomendable, dado la disparidad de puntos de vista de quienes han influido interesa o desinteresadamente en guiones o dirección, respecto de las inquietudes trascendentes del ser humano.
Algunos retazos de cortes de películas:
Ya no importa cuan
Estrecho haya sido el camino
Ni cuantos castigos lleve mi espalda
Soy el amo de mi destino
Soy el capitán de mi alma, INVICTUS
Al final todo saldrá bien y si no sale bien es que aún no es el final, El exótico Hotel Margold.
Nuestro mayor miedo no es que no encajemos; nuestro mayor miedo es que tenemos una fuerza desmesurada. Es nuestra luz y no nuestra oscuridad lo que más nos asusta… Entrenador Carter.
No he podido llegar a conclusión alguna. Sería precipitado hacerlo, sin embargo, tengo el pálpito de que no debo de esperar para compartirlo.
Deduzco que la mayor parte de las películas y mensajes centrales se sitúan en los anhelos y miedos más comunes: la muerte, vida después de la vida, la disolución, el aparente sinsentido de la existencia; la búsqueda eterna de la verdad.
Los seres humanos somos esencialmente parecidos: dormimos, rezamos, luchamos, trabajamos, soñamos, sufrimos y experimentamos cosas semejantes.
Benditas células, moléculas, átomos, partículas y subpartículas que en el big bang estuvieron unidas y nunca dejarán de estarlo.
El investigador del ICTA-UAB (universidad autónoma de Cataluña) y de la Universidad de Quebec, McGill Eric Galbraith, dice que, si comprimiésemos en un solo ser el conjunto de los 8.000 millones existentes, de las 24 horas del día, 9 horas las pasaría durmiendo; 9,4 horas socializando: higiene, ocio, religión, solidaridad, formación…; 2,6 horas trabajando; 45 minutos cuidando de la casa y 1 minuto lo dedicaría a la gestión de residuos.
Por cierto, este último minuto parece indicar que nos importa bien poco cuidar de la naturaleza.
El estudio abarca más del 80% de la humanidad, contempla 4.000 actividades distintas y 20 años de estudio por cada uno de los países analizados.
El COVID dio una tregua al hombre y el gran aviso de que no podía seguir así.
Tuvimos que parar a la fuerza y también por fuerza admitir que éramos muy vulnerables.
Transcurridos tres años hemos retornado a la inercia del materialismo extremo, a la guerra de Ucrania, Palestina y otras 58 más. Quizás haya 4 o 5 millones de personas matándose en distintos escenarios del mundo. Esto representaría un 0,01 del total de seres humanos, ya en ejércitos mercenarios o de cabecillas locales, quizás incluso ejércitos regulares conformados por niños o jóvenes que no saben por qué matan o son muertos.
La Tierra al tiempo se seca y el aviso del Covid se difumina.
Vivimos desde hace años en un polvorín atómico climático, alejados quienes deciden los grandes asuntos de un mínimo de conciencia y consciencia.
Estoy convencido sin embargo de que es mayor el bien que su contrario. La prueba es que seguimos vivos.
Durante los meses más intensos del COVID tuve la oportunidad de colaborar con Homeless Entrepreuner, una entidad privada sin ánimo de lucro radicada en Barcelona Su finalidad es empoderar y ayudar a las personas que viven en situación de calle a salir de dicha situación.
Esto me permitió participar en la búsqueda, que resultó exitosa, de dos empleos, en un caso un hombre, en otra una mujer, a la vez que motivar con varios artículos desde la web de Homeless.
He de admitir no obstante que varias de las personas que se me asignaron no consiguieron empleo alguno, en su mayor parte por carecer de permiso de trabajo.
A nadie se le puede pedir optimismo y menos aún a quien no sabe dónde va a pasar la noche.
El sentido de la vida
Yo entiendo como sentido de la vida la experiencia y vivirla conscientemente. De añadidura practicar la coherencia pensamiento, palabra, emisión y acción. Sin embargo, soy incoherente y miedos, pereza y automatismos me llevan en ocasiones a desatenderme.
Propongo cuatro puntos cardinales de la conciencia:
Norte, amar y ser amado.
Sur fe, confianza, agradecimiento por la vida.
Este, la palabra
Oeste, respeto a la vida tanto propia como ajena.
El norte a la luz de la conciencia conduce al amor. Es a la vez meta y sendero. Somos amor y de amor hemos de dar cuenta. Olvidarse de ello es olvidarse de la vida misma.
Aplicarlo no resulta nada fácil; implica voluntad profunda y disciplina sentida.
La vida se torna en ocasiones muy dura, en especial para las personas en situación de calle. No obstante, aún de mayor dureza resulta para cualquiera sobrevivir sin dar sentido o propósito a todo cuanto se vaya presentando.
Sólo temo una cosa, no ser digno de mis sufrimientos.
Esta cita de Dostoievski mantuvo a Víktor Frankl en la confianza de sentido durante los más de tres años de infierno, en los que sobrevivió a varios campos de exterminio, incluidos Dachau y Auschwitz.
Viktor Frankl pudo haber evitado ser detenido. Ya era un reputado neurólogo y siquiatra en Viena cuando los nazis apresaron a sus padres y esposa. A él se le ofreció un salvoconducto, que no aceptó, y siguió la suerte de aquellos a los que amaba.
Finalmente pudo salir con vida de los hornos de la muerte. Le mantuvo el propósito de amor y servicio que le guiaba, aún en el infierno de la industria del exterminio.
Su norte fue el amor y por amor hacia sí y los demás continúo con vida. No obstante, el infortunio le tenía otra terrible y desgarradora sorpresa. El 27 de enero de 1945 las tropas soviéticas liberaban el campo en el que se encontraban tanto él como su esposa, pero en el tumulto, ella murió aplastada.
La palabra como espíritu que se transforma en materia. Comunicarse es uno de los actos de voluntad humana de mayor alcance. Por ello su uso debe de ser desde la impecabilidad.
Por favor, no utilicéis la palabra en vano y menos aún para ofender u ofenderte; ser condescendiente o lastimar a tus semejantes.
La palabra hablada puede ser un arma o una rosa. Depende de cada cual la elección que haga al respecto; conviene, sin embargo, recordar que la palabra tiene una causa primera: el pensamiento. Somos lo que pensamos, transformado por el verbo.
Ser impecable con el pensamiento es una decisión que beneficia tanto a quien la toma como a quien está junto a él. Pensar una cosa, decir otra; hacer distinto y emitir diferente es sencillamente una locura. Pero, en muchas ocasiones sucede así.
Pensar es un acto similar al de respirar. Inspiramos oxígeno, de igual manera que inspiramos pensamientos, con una frecuencia similar en ambos casos. Si por una u otra razón dejásemos de hacerlo, cinco o diez minutos más tarde podríamos llegar a morir.
El oeste indica el ocaso y recuerda que hasta el final la vida es el bien más preciado a proteger.
Todos somos peregrinos pertrechados de equipaje, de mayor o menor volumen. Unos caminamos a Santiago; otros hacia la Meca o quizás hacia el oriente; pero todos lo hacemos al interior de nosotros mismos. Ese es el camino y no conviene distraerse en las ocurrencias que le acompañan.
El sur es la base sobre la que asienta todo, desde la confianza, la fe, ya en uno mismo, ya en la vida o en el propio Dios.
No olvides que no existe sobre la Tierra un solo ser humano que no sea necesario. La urdimbre de este mundo la conformamos todos, desde quienes aparentan mayor brillo, a quienes alarga la mano reclamando el debido respeto y ayuda.
Y seguir buscando sin desmayo hasta el fin…
Jesús ha dicho: Que quien busca no deje de buscar hasta que encuentre, y cuando encuentre se turbará, y cuando haya sido turbado se maravillará y reinará sobre la totalidad y hallará el reposo. EVANGELIO APÓCRIFO DE TOMÁS
Los números De Dios y mi prisa por entenderlos, lunes 22 de mayo 2023
*Los números de Dios y mi prisa por entenderlos*
Un attosegundo es el tiempo en el que un electrón (luz) se desplaza por el diámetro de un átomo.
Un attosegundo es equivalente a la relación que existe entre un segundo y la edad del universo. Es decir 10 elevado a menos 18 frente a los 15.000 millones de años que median desde el big bang.
El tiempo desde el punto de vista de la experiencia es agitación y movimiento. Sólo en el cero absoluto se detiene todo; cesa el baile de las partículas subatómicas y la expansión de las mismas. Todavía no se ha podido alcanzar el cero absoluto, que yo tenga idea, en experimento alguno.
La reacción del cerebro humano ante un sonido varía de 80, quizás menos, a 200 milisegundos. En este caso la proporción respecto de un attosegundo sería de 10 elevado a menos veinte. Algo así como una diezmilésima de billonesima de segundo (00 000 000 000 000 001), si están bien hecho los cálculos.
*¿Cuántos universos, acciones, circunstancias..., se pueden suceder y superponer entre un attosegundo y otro?*
Cuando un atleta de velocidad entrenado deja de presionar el soporte sobre el que asienta sus zapatillas y despega antes de 90 milisegundos, le descalifican la salida. El cerebro tarda entre 90 y 200 milisegundos en descodificar el sonido ¿Cuántas variables, intervenciones se pueden producir desde lo etéreo, hermético o simplemente desconocido, entre 1 attosegundo y 100 milisegundos?
El cerebro de un perro tarda entre 250 y 600 milisegundos en reconocer la voz de su dueño. Sin embargo, dispone respecto del ser humano mejor audición, visión y olfato. ¿Quién nos lanza un hueso y juega con nosotros?
Probablemente en percepción y comparativamente estamos muy lejos de la capacidad de algunos animales: delfines, elefantes, gatos, perros... No obstante mi panorámica es antropocéntrica. Creo que la gran diferencia y aparente ventaja del ser humano respecto del resto de criaturas animales, radica en su capacidad de abstracción, imaginación, creatividad y generación de ideas. Somos fundamentalmente constructores de pensamientos.
El oído humano tiene una capacidad de audición que va de los 20 a 20.000 Hz. Es decir vibraciones, ondas o impulsos de 20 a 20.000 por segundo.
Esta previa elucubracion es apenas fantasía de una mente limitada que intenta entender de qué va esto de la vida y quizás mezcle churras con merinas.
El habla humana tiene por frecuencia fundamental de los 85 a 180 hercios en el hombre y de 165 a 265 en la mujer. Otros armónicos o frecuencias de rebote acompañan la musicalidad de la voz y dan el color propio caracteristico de cada una.
En telefonía es suficiente con que la línea telefónica o enlaces electromagnéticos dejen pasar de 300 a 3.400 Hz. para identificar el 90% de la voz humana.
El habla, la palabra es quizás aquello que más nos acerca a la divinidad. Somos sin embargo y de manera subsidiaria creadores y transformadores de lo ya creado, dado que nada creamos de la Nada. No obstante y aún así, esto es tanto de bien como lo contrario.
El principal pecado de la humanidad, transgresión voluntaria y consciente de la vida, es el materialismo. Queremos extraer de la Madre Tierra recursos para los que serían necesarias tres o más de ellas. De algo finito pretendemos lo infinito.
Al principio existía la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios. De Dios viene todo lo creado y al hombre le fueron otorgadas en parte extraordinarias capacidades para hacer, imagino, buen uso de las mismas.
Aún así parece que estas nos fueran insuficientes y queremos enmedar o reemplazar a Dios.
Creo que esto no es propio del ser humano y algo o alguien nos mantiene atrapados en una perspectiva reducida de lo que realmente somos: hijos amantes de la Madre que nos sustenta y no mercenarios crueles, además sin paga ni beneficio.
La palabra se hace carne en el cuerpo y construye paraísos, purgatorios o infiernos sobre la Tierra. Si la palabra se emplea para bien decir (bendecir), abre caminos y despierta sonrisas; si se usa para lo contrario rebota en el espejo de la vida y de una u otra manera vuelve como dardo o lanza.
*A la palabra le antecede el pensamiento*
Pensar es un acto que implica una gran responsabilidad. No importa que se de o no visibilidad a lo que se piensa. Un pensamiento mal encauzado puede matar. Las carreteras resultan a veces ejemplificadores escenarios en los que verificar estos extremos.
*Pensamientos erróneos llevan a creencias erróneas*
Cualquier creencia que produzca dolor o intranquilidad seguramenteno es cierta y debe de ser revisada. ¿Cómo se sabe?: cuando ante unamisma situación uno cree una cosa y otro otra; las dos son verdad y noverdad a un tiempo. Una buena acción jamás tiene por fruto moralsufrimiento. Si plantas semillas de buenas acciones, eso va a ser lo que recojas.
*El cerebro es una antena para captar mensajes*
Cinco son las ondas o frecuencias de resonancia del cerebro humano, susceptibles de ser intervenidas por la tecnología humana.
• Ondas Delta: con una frecuencia de 0.2-4 Hz
• Ondas Theta: 4-8 Hz
• Ondas Alfa: 8-12 Hz
• Ondas Beta: 12-30 Hz
• Ondas Gamma: 30-90
*Los números, patrones numéricos y fractales*
*Siete son los sentidos humanos*
• Propioceptivo.
• Vestibular.
• Táctil.
• Visión.
• Audición.
• Olfato.
• Gusto
Siete los días de la semana, los colores del arco iris, las siete notas musicales; los siete cielos del islam...
*Siete los arcángeles*
• MIGUEL: Protección y Valor.
• RAFAEL: Salud y Abundancia.
• GABRIEL: Armonía y Trabajo.
• CHAMUEL: Amor y Creatividad.
• URIEL: Paz y Bondad.
• JOFIEL: Sabiduría y Éxito.
• ZADQUIEL: Perdón y Tolerancia
*Siete las partes del cuerpo humano*
Dos piernas.Dos brazos. Tronco. Cuello.Cabeza.
*Siete tipos de ondas electromagnéticas*
Ondas de radio, microondas, infrarrojos, luz visible, ultravioleta, rayos X y rayos gamma.
El siete es el número más recurrente y condicionador de nuestros actos.
*Mundo visible; mundo invisible*
El mundo visible es el que perciben nuestros sentidos; el invisible no se percibe por los sentidos, sino por instrumentos y cálculos matemáticos.
El universo, lo visible por ojos humanos, representa apenas el 5% de lo que nos rodea. El 95% restante es materia y energía oscura.
Algo semejante ocurre con nuestros pensamientos. El 95% son cosas que nunca ocurrirán y sin embargo amargan en general nuestras vidas, en lugar de poner atención y discernimiento al 5%, ante los que podemos realizar algún tipo de atención o atención.
*La realidad visible se presenta en escalas*
Biológicas (corporeidad y semejanza animal)
Fractales (todo es parte de un común replicado)
De simetría (el día de hoy es espejo del día de ayer, a menos que el día de hoy incorpores un nuevo hábito)
Correspondencia (todo corresponde y responde ante un todo)
Interconexión con la totalidad (la mejor contribución a uno mismo y a losdemás es emitir sosiego)
Todo se expresa por magnitudes: el peso de una ballena azul, el animal más grande de la Tierra, es 12 ordenes de magnitud superior al de una ameba, el ser vivo más pequeño.
La inteligencia es del colectivo humano, pese a mostrarse rebaño en ocasiones: en un escenario 1500 personas acertaron el peso de un buey; apenas un error de 1,5 Kg. Tanto la inteligencia colectiva como la incoherencia colectiva deben ser referencias para enmendar el propio rumbo.
*Unas pautas sencillas para el día a día*Se consciente de lo que piensas, dices, haces y emites: tiene consecuencias en tu salud y en tu estado de ánimo.Cuida tu cuerpo con ejercicio moderado y alimentación prudente.Saliva cuando estés nervioso. Bosteza aunque no tengas ganas cuando; enfría el cerebro y relaja. Ríe aunque sea sin ganas.
Elige amabilidad en todos los ámbitos de tu vida.Media hora antes de irte a la cama no veas televisión o escuches radio ymenos programas violentos. Escucha música suave https://www.radio-plenitude.com/
La habitación de dormir es un lugar sagrado; nada de teléfono móvil ni deaparatos electrónicos.
De tanto en tanto descálzate y toca tierra El cuerpo acumula electricidadestática que genera malestar.
Sigue estas tres “A”, adaptación, actitud y amabilidad.No te avergüences en pedir ayuda cuando la necesites.
FLV
100 milisegundos, una eternidad. Lunes 13 de marzo de 2023
*100 milisegundos, una eternidad*
Ese es el tiempo permitido, controlada la presión de los talones por los tacos de las botas y una vez realizado el disparo, para que el atleta pueda iniciar su carrera; de hacerlo antes la salida será nula.
Una de cada tres neuronas del cerebro humano se dedica en exclusiva al órgano de la vista. La actividad consciente del mismo oscila entre el 2 y el 5%. Del 95 al 98% es inconsciente. Ello implica que la mayor parte del tiempo vivimos de manera no consciente.
Nuestro consciente procesa aproximadamente de 16 a 40 bit/s y puede atender de 1 a 3 cosas a la vez. El inconsciente procesa sin embargo a 11.000.000 bit/s., 200.0000 veces más rápido que el consciente.
Estos datos o aproximaciones, verificables en wikipedia y otras citas, tienen por finalidad compartir la reflexión de si somos tal como creemos ser o si estamos ilusos, faltos de luz, guiados por un lazarillo impertinente.
Los ojos procesan a 10.000.000 bit/s; el tacto a 1.000.000 bit/s; los oídos y el olfato a 100.000 bit/s. y el gusto a 1.000.bit/s No obstante, el consciente no hace uso sino de una parte de los mismos e interpreta o inventa la realidad y sólo nos hace partícipes de aquello que le conviene desde el mínimo esfuerzo.
Por lo tanto el cerebro humano registra sólo algunos detalles de la realidad. El resto se lo inventa y los sentidos captan una visión reducida de la misma.
Comparados con algunos animales los humanos vemos y oímos menos que la mayor parte de ellos: el águila lo hace de 2 a 4 veces más y cubre 340 grados; el gato ve 5 veces más en la oscuridad y un animal, el gecko (lagarto) es 350 veces más sensible a los colores que nosotros.
*Otros sentidos que tienen otros animales*
Electrorrecepción: capacidad de detectar campos eléctricos, muchos peces por ejemplo tienen sentido de electrorrecepción.
Magnetorrecepción: capacidad de detectar campos magnéticos: palomas mensajeras, algunas tortugas e insectos como las abejas.
Ecolocalización: capacidad de orientarse y desplazarse emitiendo sonidos: murciélagos, elefantes y algunos cetáceos.
Volviendo a los 100 milisegundos del atleta, si los comparamos con el tiempo más pequeño jamás medido: el zeptosegundo, cero coma seguido de 20 ceros, el 1 en último lugar (esto sirve entre otros para medir la velocidad de la luz), un fotón tarda 247 zeptosegundos en atravesar una molécula de hidrógeno H2.
Oscilamos de un tiempo lineal, macro, al tiempo cuántico donde nada es lo que parece y colapsa cuando lo observamos.
El ritmo de vida en el siglo XXI lo imponen los ordenadores y la virtualidad. Prácticamente todo regulado por la velocidad creciente de las máquinas, unido desde poco más de cien años, a trillones de ondas electromagnéticas o lumínicas que nos atraviesan y condicionan nuestra vida, la de la Tierra y el entorno cercano.
Los mayas decían que el tiempo es arte, frente al tiempo es oro del materialismo extremo. ¿Cuántos miles de millones de instantes hemos dejado de apreciar desde que sonó el disparo del big bang? ¿Cuánto más se nos va exigir para ser dignos del arte de vivir?
*Ayer se fue; mañana no ha llegado; hoy se está yendo sin parar un punto; soy un fue y un será y un es cansado* escribía Quevedo.
https://www.abc.es/ciencia/abci-descubren-percepcion-mundo-no-continua-201808222220_noticia.html
La percepción que tenemos del mundo no es continua y hay huecos donde algo o alguien saca provecho, en contra de nuestros anhelos. El mundo es una ilusión; la vida es sueño y los sueños sueños son.
¿Qué es la realidad... o la verdad? Sólo una aproximación o quizá ni eso. Desde el olimpo no está permitida la panorámica o perspectiva total, salvo para los dioses. A los humanos apenas si se nos deja un minúsculo agujero, desde el que detectar una fracción, que tal vez no sea sino otra ilusion más.
Estamos revestidos de una escafandra de carne que nos adapta al océano de un mundo de tierra, fuego, aire y agua que es precioso y escalofriante. Nada sabemos del porqué o para qué o de una eternidad, en la que estemos viviendo de manera simultánea en múltiples lugares y universos, sin tener consciencia de ello.
https://www.lavanguardia.com/estilos-de-vida/20120629/54316673688/las-percepciones-sensoriales.html
*Nuestro cerebro se adelanta a las decisiones que tomamos*
Nuestra parte no consciente toma decisiones de continuo, pese a que pensemos que quien dispone es nuestro libre albedrío. De 7 a 10 segundos antes de doblar una esquina el cerebro calcula, compara y toma una decisión. De manera paralela nuestro automatismo dispara de 30.000 a 60.000 pensamientos diarios, la mayor parte repetitivos y molestos.
La única libertad, condicionado el pensamiento, es la de la conciencia en atención o el amor que nos tengamos. Todo parece dispuesto para vivir la experiencia que nos corresponda, sin otra alternativa que la de sentir miedo, poco amor y no pensar.
https://www.diariodeibiza.es/sociedad/2008/04/15/cerebro-adelanta-decisiones-tomamos-31086426.html
Cuanto más información se tiene más se ansía y no hay fuente de la que saciarse excepto seguir buscando.
La vida no es para pensarla sino para vivirla. Aún así y hasta el final persistimos, dejándonos jirones en las esquinas.
Cuando se analiza una fotografía con detenimiento se aprecian detalles, en los que inicialmente no es de hábito reparar. Cómo mira alguien y qué mira; el detalle del titulo de un libro o una flor; el paisaje... Y eso tan sólo es un instante de los miles y miles posibles. ¿Qué ocurre con el 99,99 % de los demás instantes?
Me pregunto ¿siento en verdad reverberar en mí las trompetas del apocalípsis o de la Tierra renovada o es un pensamiento fotograma de una película atrasada?
FLV